Aprender un idioma significa convertirse en un nuevo personaje de nuestra historia personal.

Esto fue algo que descubrí cuando me instalé en Francia para enseñar español, después de haber aprobado el CAPES (las oposiciones francesas para enseñar en centros educativos públicos).

Originaria de Ciudad Real, una pequeña ciudad de la España rural y vaciada, siempre quise ser profesora. Fascinada por las historias inspiradoras, decidí estudiar Historia en la universidad, aunque los idiomas siempre fueron una pasión paralela.

Cuando terminé mis estudios, tenía un sueño:  vivir en el extranjero para viajar, dominar el francés y abrir la mente. Así, cambié los molinos de La Mancha por las casitas alsacianas de Estrasburgo, donde vivo desde 2013.

Desde entonces enseño español tanto en la Educación Nacional francesa como en mi escuela en línea «Sí comprendo» que creé en 2020 para acompañar a otras personas a recorrer su propia historia en español.

Todo camino comienza con un pequeño paso